El taller

UN CUENTO SOBRE EL TALLER DE LOS NIÑOS

En realidad, más que contar un cuento, me gustaría que pudiesen asomarse y mirar... Tendrían que entrar conmigo por ese corredor.

Vengan, pasen por aquí. Ese es el patio de recreo. ¿Ven esa ventana? Es la celda 11. Ahí, cada domingo se hace el taller de expresión plástica con los niños que están de visita. Acerquense, así los ven.

-¡¡Pah!! ¡Hay unos cuantos! ¿Todos son hijos?

-No todos. Los domingos pueden entrar a pasar el día los hijos, los hermanos y también sobrinos, si son chicos. A los más grandes no los dejan. Les dan la visita de los adultos, separados por una malla de alambre, no pueden abrazar a su mamá.

-¿Y como se acomodan en tan poco espacio? ¿Y para ir al baño cómo hacen?

-Mirá ese rincón. ¿Ves una cortina? Atrás de la cortina está el water y al lado una pileta chiquita para lavarse las manos.

-No me digas que tienen que hacer ahí, donde están todos...

-Y sí, no hay otra. Corremos la cortina y ya está.

-¡Menos mal que la puerta de reja está abierta!

-Sí, ahora estamos en un periodo de afloje.

-Yo te soy franco, no entraría a estas visitas si fuera un niño. No bancaría.

-Ellos quieren estar con su mamá. Los abrazos mas emocionantes del mundo los dan estos niños. Mirá que algunos de ellos tuvieron que ir también al Penal de Libertad y a Punta de Rieles. Ahi recorrían un camino larguísimo solos, con la milica palo en mano. A los abuelos no los dejaban acompañarlos. Estos niños son realmente valientes.

-Mirá ese chiquito. ¡Que ternura! Esta amasando arcilla.

-La que esta al lado, en el piso, se llama Mónica. ¿Viste como se divierte con ellos? Parece otra niña.

-¿Ella es la que arma este taller?

-Son cuatro. Virginia, Mónica, Gachi y Renata. ¡Esa sí que es una genia! Ella es la ideóloga de este taller. Es aquella alta que esta parada al fondo. Es la que tiene mas experiencia, entonces orienta a las otras. No siempre están las cuatro, pero forman un buen equipo y disfrutan mucho con los niños.

Mónica ablanda la arcilla amasándola con fuerza. Renata lava los pinceles y los va acomodando en un tarro encima de la tapa del water. Gachi está fabricando dos pinceles más con unos palitos y un mechón de pelo que se cortó.

-¿Qué les parece si le cortamos el pelo a Virginia cuando se duerma? ¡Nos hacemos como cien pinceles!

Todos se ríen.

-¡¡Noooo!! - dice Virginia- ¡¡Ni se te ocurra!!

Daniel interrumpe su trabajo y ayuda a un niño mas chiquito. Martín pinta en el suelo. Está pintando manchas de colores con los dedos. Unas cuantas en la hoja, otras cuantas en la ropa y en el piso.





-¿Y esas dos nenitas iguales, son mellizas? ¡Qué preciosas!

-Son hermanas, pero no mellizas, aunque parecen. Son las nenas de Maró.

Adriana está jugando con los colores. Lucía pinta algo muy delicado con dibujos pequeñitos. Martita dibuja un paisaje, mira hacia el patio, parece que tiene ganas de salir al recreo.

Beatríz dibuja lineas paralelas con el pincel, a mano alzada. Toda una hoja de líneas rectas. Después, en otra hoja, líneas curvas también paralelas. Está muy concentrada.

Un niño se burla -¡Sólo hace rayas!

Renata la mira a ella.

-¿Te gusta hacer líneas?

-Sí, me estoy practicando. Me están saliendo mejor que antes.

-¡Qué interesante! - dice Renata-. Una niña que sabe lo que quiere. Y que lo hace aunque a otros no les guste.

-A mi me gusta pintar manchas y un caballo -dice Martín-. Lo voy a poner en la casita mía y de mi mamá.

-¡¡ZÁS!! ¡Se volcó toda la pintura! Otra vez... - dice Virginia. Se ríe y se agarra la cabeza. -A ver... ¿Quién ayuda a limpiar?

Renata reparte trapitos mojados

-Vamos limpiando que viene la hora del recreo.

Mónica está envolviendo la arcilla con nylon para que no se seque. La milica abre la puerta que da al patio. Los niños juntan sus trabajos. Algunos los llevan a la celda de su mamá. Otros, hicieron regalos para los abuelos.

-A ver ¿De quién es este caracolito de arcilla? -dice Gachi- ¡Despacito que se aplasta!

Los sobrinos de Mercedes todavía no salieron al patio. Corren por todo el taller.

-¡¡Se volcó otro tarro de pintura!! ¡¡NOOOOO!!

Martín va a la celda a colgar su pintura de caballo. Agarra su bolsita de chiches y la lleva al patio. Ya hay algunos niños jugando.

Dos compañeras tocan la guitarra, algunas cantan, otras tamborilean sobre los baldes de plástico. Las nenas de Maró ensayan un baile de candombe. ¡Qué bien que bailan!

La Chobita se recuesta al lado de su mamá en un banco de hormigón. Elisa conversa con Marcos, se ríen y se abrazan. Rodrigo le dice a Martín -Cuidado con estos autitos, me los prestó mi papá-. Martita se agarra con una mano del farol y gira corriendo alrededor. Es ágil y rápida.

Se hace la hora que vienen a retirar a los niños.

Los abuelos comienzan a llegar.

Cada niño se aprieta en un abrazo de despedida.



Graciela Yardino (Gachi)